En la actualidad, lo normal es diferenciar dos tipos de industria
chocolatera, cada una caracterizada por un relativo grado de elitismo. Podemos
identificar al primer grupo con los productos más baratos del mercado, algunos
de los cuales ni siquiera son considerados chocolates pues sólo tienen
saborizantes artificiales y ninguna presencia de cacao. Producción en masa,
mala calidad, precios baratos y un sinnúmero de prejuicios en contra de la
salud, son las imágenes que asociamos a este grupo de las “golosinas”.
Lamentablemente también son las visiones que muchas veces se extienden hacia el
resto de los chocolates.
En el otro extremo de la moneda tenemos la máxima expresión
mercadológica que el chocolate ha podido encontrar: la bombonería y confitería
de países como Suiza o Bélgica, entre otros. Casi todos los productos del grupo
van a presumir una elaboración con grano criollo proveniente de las
plantaciones africanas y sudamericanas más importantes (y normalmente más
explotadas), además de un contenido por encima del 70% cacao, convirtiéndolo en
un chocolate amargo de sabor profundo. Esta parte de la industria viene con un
perfil elitista y con una asociación de calidad histórica que nunca ha
encontrado un rival; además los prejuicios comunes contra la salud no les
preocupan por que su mercado tiene el privilegio de poder pasarlos por alto.
Siguiendo todas estas ideas preconcebidas de la industria es como se
forman las estadísticas de consumo per
cápita para las investigaciones de marcado. Los 10 países que lideraron la
lista chocolatera en 2012 son: Suiza con 11,9kg, Irlanda 9,9kg, Inglaterra
9,5kg, Austria 8,8kg, Bélgica 8,3kg, Alemania 8,2kg, Noruega 8kg, Dinamarca
7,5kg, Canadá 6,4kg y Francia con 6,3kg anuales. México apenas llegó a los
550g…
La cuestión se encuentra justamente aquí. La industria de las golosinas
no figura en estas estadísticas por no contener sólidos de cacao, entonces los
números solo reflejan al mercado de mayor estima. Esto quiere decir que los
números tampoco van a poner atención a todo el consumo de cacao que nuestro
país tiene en productos tradicionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario